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Las nuevas tecnologías también llegan al campo chileno. El sector agrícola se moderniza y es cada vez más habitual encontrar invernaderos tecnificados que implementan novedosos sistemas informáticos que permiten la monitorización constante de los cultivos, su objetivo: conseguir una mayor producción, más eficiente y de mayor calidad.

Estos avances están cambiando no sólo la forma de cultivar, sino también el paisaje chileno. En Quillota, Arica y Parinacota podemos ver miles de invernaderos que recuerdan a los paisajes de mares de plástico de Almería, en España.

Según los expertos, la agricultura tiende hacia una disminución del uso de la química en los cultivos y a adoptar prácticas más sostenibles. Esta tendencia ya lleva en auge desde hace varios años. Hoy encontramos enjambres de abejorros para polinización natural, tecnificación del riego, cultivos hidropónicos y cultivos sin suelo. Los consumidores están dispuestos a pagar más, a cambio de saber de dónde viene la fruta y verdura que consumen, que los productos sean de calidad, biológicos y que están libres de residuos químicos.

Los invernaderos tecnificados o inteligentes aplicándolos a cultivos hidropónicos permiten obtener productos de gran calidad, controlar el desarrollo de la planta y evitar las plagas.

“Si en un sistema de invernadero tradicional se produce del orden de 15 a 20 kg por m2, con uno tecnificado se puede alcanzar de 30 a 40 kg/m2.”

Además de su estructura de acero galvanizado que ofrece mayor durabilidad que los tradicionales de madera, las principales características de un invernadero tecnificado, entre otras, son:

  • Cubierta de plástico de alta tecnología, que protege de los rayos ultravioletas, y, además, sirve para evitar que las plagas de insectos no completen su ciclo de producción, ya que, al entrar en el invernadero, el plástico no les permite visualizar la planta y no se posan sobre ella. De este modo se reduce considerablemente el daño por insecto a los cultivos.
  • Malla polisombra protectora automatizada que proporciona sombreado a los cultivos, evita que los rayos del sol dañen el fruto y contribuye al desarrollo de las plantas.
  • Sistema de control de clima: dentro del invernadero se encuentra un sensor de temperatura y humedad y fuera del mismo otros sensores climáticos de radiación, temperatura, humedad, dirección y velocidad del viento. Con toda la información, el sistema informático instalado en el invernadero decide abrir o cerrar las cortinas, o extender la polisombra.
  • Sistema de fertirrigación y riego, otro elemento muy importante en los invernaderos tecnificados. Indispensable para la hidratación y el proceso de la fotosíntesis del cultivo. Gracias a una red automatizada de tuberías, controladas a través de un software instalado en el invernadero, se puede controlar los nutrientes que necesita la planta.

Aunque todos estos avances requieran de una gran inversión inicial, a medio y largo plazo pueden verse ya los resultados, que se traducen en una mayor producción, de gran calidad y una mejor optimización tanto de cultivos como de mano de obra.

En Canamérica apostamos por las nuevas tecnologías aplicadas a la mejora del sector agrícola, para ello estamos trabajando con nuestros partners para ofrecer sistemas que ayuden al agricultor a mejorar el rendimiento de sus cultivos. La automatización le permitirá optimizar sus costos y con ello aumentar aún más su producción, conseguirá llevar al consumidor productos de calidad durante todo el año.